Garzón, condenado a 11 años de inhabilitación por las escuchas del 'caso Gürtel' MADRID — El Tribunal Supremo condenó este jueves al juez Baltasar Garzón a 11 años de inhabilitación por considerar ilegales las escuchas del 'caso Gürtel', informó este jueves el alto tribunal, que termina así con la carrera judicial de Garzón. El Supremo declara al magistrado culpable de vulnerar el derecho a la defensa, por ordenar la grabación de las conversaciones en la cárcel entre los supuestos cabecillas de la presunta trama corrupta vinculada a políticos del PP y sus abogados defensores. Por ello, los jueces de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo condena a Garzón, por unanimidad, a "11 años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado con pérdida definitiva del cargo que ostenta y de los honores que le son anejos", según la sentencia. Garzón ordenó las escuchas por sospechar que los abogados participaban en operaciones de blanqueo de dinero y aseguró durante su juicio, celebrado a mediados de enero, que siempre actuó "preservando el derecho a la defensa". Sin posibilidad de recurrir ante la justicia española, el abogado de Garzón, Francisco Baena Bocanegra, anunció su intención de apelar a "las instancias que procedan", probablemente la justicia internacional. "Seguiremos luchando en pro de la inocencia que hoy se nos ha negado", afirmó en declaraciones a la televisión pública TVE. Esto significa el fin de la controvertida carrera del juez de la Audiencia Nacional, mundialmente conocido por la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet en 1998 en Londres y suspendido de sus funciones desde mayo de 2010. El mismo tribunal dejó visto para sentencia el miércoles otro juicio contra el magistrado, acusado por dos grupos ultraderechistas de haber querido investigar la suerte de más de 114.000 desaparecidos durante el franquismo pese a la ley de amnistía de 1977. La coincidencia de estos casos contra Garzón, y la existencia de un tercero para el que aún no se anunció juicio, llevaron a sus partidarios a denunciar una maniobra política contra un magistrado al que sus osadas investigaciones le valieron más de un enemigo. Incluso el fiscal del Tribunal Supremo Luis Navajas expresó el miércoles su sospecha de que las acciones judiciales contra Garzón se pueden deber más a su mediática personalidad que a sus acciones. "No es un juez al uso, sino que a lo largo de las dos últimas décadas ha tenido un protagonismo a nivel nacional e internacional", afirmó al término del juicio contra el magistrado por investigar entre 2006 y 2008 crímenes de la Guerra Civil (1936-39) y la dictadura franquista (1939-75). "Si las resoluciones hubiesen sido dictadas por otros magistrados (...) ¿Hubiesen merecido la misma respuesta y el mismo reproche? No puedo dejar de albergar la duda", afirmó el fiscal Navajas, pidiendo la absolución del juez. Una condena contra Garzón "lo convertirá en un mártir", había considerado por su parte Caroline Edelstam, de la fundación noruega de defensa de los derechos humanos Harald Edelstam, que junto a otras ONG como Amnistía Internacional y Human Rights Watch fueron observadores internacionales en este juicio. De cabello cano, finas gafas y trajes impecables, este pionero de la "justicia universal" polariza a buena parte de la sociedad española entre partidarios y detractores. Mientras los primeros defienden a capa y espada su dedicación, los segundos lo describen como una estrella, más preocupado por salir en los medios de comunicación que por el buen fundamento jurídico de sus instrucciones. |
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